Construyamos futuro


        A vueltas con los errores que se repiten a lo largo de la historia, como nuestro eterno problema de supervivencia como pueblo. En 1792 Bélmez de la Moraleda contaba con 680 vecinos y la población seguiría oscilando en torno a dichas cifras durante todo el siglo XVIII. Nos dice Francisco José Fuentes Pereira, que el pueblo estaba constituido por noventa y cinco casas y quince cortijos, un pósito para el acopio de cereales, una cárcel, un horno común, un molino de harina, una fábrica de vidrios -la Venta del Vidrio, que luego pasó a llamarse el Horno el Vidrio-, una venta -la del Capataz-, una alquería o caserío -L´Alhorín-, tres casas de campo, once tinás o corrales y un castillo. Toda la economía se sustentaba en la agricultura, ¿os suena de algo?.
Venta del Vidrio, que más tarde pasaría a llamarse Horno del Vidrio, en la actualidad.


        Javier Olivares, uno de los creadores de la serie de TVE "El ministerio del Tiempo", lo expresa con una claridad tajante y meridiana: cuando un país -y quienes lo gobiernan- desprecia la cultura porque no aparece en las preocupaciones de la ciudadanía, en las encuestas. Cuando la cultura se caricaturiza y se disfraza de fiestas patronales y simple producción para el mero entretenimiento -pan y circo-, el resultado es el olvido de nuestra historia y de nosotros mismos. 



       En la segunda temporada del "Ministerio del Tiempo" no se olvidaron de Bélmez de la Moraleda. De hecho, los guionistas hicieron mención a nuestro pueblo en dos capítulos. Ya se que me diréis que siempre es por lo mismo, pero es parte de nuestra historia y no lo podemos obviar, pero como continuaba diciendo Olivares - y aviso para navegantes- con la mentira y el olvido no es que no se pueda entender nuestro pasado, es que no se puede construir el futuro.

 

      






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