Los cementerios de Bélmez de la Moraleda

Que se hallaran huesos humanos durante las excavaciones realizadas con motivo de la aparición de las primeras caras, no es ningún hecho que debamos conectar con lo ilegal ni lo paranormal. Hasta el año 1805 no entró en vigor en Bélmez la Ley de 1787 que obligaba en España a la construcción de los cementerios distantes del casco urbano y situados en lugar ventilado. Los enterramientos se habían venido haciendo hasta entonces en un pequeño cementerio adosado a la Iglesia. Allí permanecían durante siete años, y si no se había pagado el canon para su prolongación en el tiempo, los restos se exhumaban y se pasaban al osario situado en la base del campanario. Por eso, al desmontar la Iglesia en 1964, bajo sus cimientos aparecieron los restos de nuestros antepasados. Gran parte fueron trasladados, digamos de la manera que mejor se pudo o se entendió, a una fosa común en el cementerio actual. El resto se quedaron bajo la nueva construcción y bajo las casas colindantes a ésta.
El primer cementerio que se construyó fuera del casco urbano estaba situado en el Haza de Pramoral que era propiedad de la Parroquia, pero con la desamortización de Mendizábal - con la que se desposeyó a la Iglesia en España de la inmensa mayoría de sus pertenencias- éste pasaría a depender del Municipio, que ordenaría su traslado al Camino de Belmez.

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