De relevos y de luchas

Las luchas de unos pocos por el poder siempre suelen acarrear perjuicios en la colectividad. La historia nos trae infinidad de ejemplos que de inmediato nos harían recordar lo que ha sido durante estos días la primera plana de la actualidad española. De hecho, de pronto me acordé de un párrafo que don Martín Fernández Hidalgo resaltaba en sus “Cincuenta páginas” de nuestra historia.
Estamos en el año 1967 y tanto en el ayuntamiento como en la parroquia se ha producido un relevo. A Miguel Montávez lo ha sucedido su primo hermano Francisco Rodríguez Montávez –y permitidme que a partir de ahora lo escriba así, porque esa es la manera como siempre lo hemos escrito los “Montávez” de mi familia, es decir, estos mismos “Montávez”-, mientras que el cura Ortega Campos había dado el relevo a un jovencísimo Antonio Molina Contreras.

No tardaría mucho el nuevo párroco en tomar el pulso a sus feligreses, a quienes encuentra divididos en dos bandos antagónicos en su lucha por el poder político y económico, según hace constar en su informe al obispo de la diócesis, junto con una reflexión: si ambos grupos hubieran estado unidos en sus propósitos, la transformación social y económica de Bélmez de la Moraleda hubiera sido prodigiosa.
Seguramente el señor obispo le encomendó que tratara de promediar entre las partes, a pesar de que no iba a ser una tarea fácil, como probablemente comprobaría en sus propias carnes durante el proceso de transformación del pequeño taller de costura de Cáritas en la Cooperativa Juan XXIII. En mis indagaciones al respecto, me he encontrado con tres partes que se atribuyen la autoría de la operación. Y me temo que nunca se van a poner de acuerdo sobre ello, aunque quizás esa sea precisamente la clave del éxito, que en el tira y afloja de un bando y otro y de la Iglesia “promediando”, se consiguiera un “milagroso” equilibrio.
Don Antonio Molina Contreras fue párroco de Bélmez de la Moraleda hasta 1972. Al poco tiempo se secularizó y contrajo matrimonio. Durante muchos años fue secretario de Domingo Solís y en la actualidad se dedica a la enseñanza.