La labor callada del cronista
Don Francisco José Fuentes Pereira,
cronista oficial de Bélmez desde 1998, se ha distinguido como uno de los
más esforzados investigadores de la cultura, historia y tradición de
nuestro pueblo en los últimos tiempos. Entre sus trabajos encontramos
"Gastronomía tradicional en Bélmez de la Moraleda y su entorno", "
Predicción del tiempo a través de una costumbre tradicional: las
Cabañuelas", "A la curación a través del saber popular: estudio
etnobotánico de Bélmez de la Moraleda,
años 1838-1873", " El truco: historia de una tradición", "Crónica de fin
de un milenio en Bélmez de la Moraleda (I y II)" y "Del amor a Leda.
Origen etimológico del nombre de Bélmez de la Moraleda. Revisión
bibliográfica".
Pero desde mi punto de vista, su trabajo más interesante y revelador lo encontramos en su "Vocabulario popular belmoralense. Un recorrido por el habla y la tradición de un pueblo de Sierra Mágina". Se trata de un libro que en su lanzamiento, allá por 1997, tuvo una dispar aceptación, pero que, por lo que a mi respecta, ha ido ganándome a su causa con el paso del tiempo, a medida que muchas de esas expresiones tan nuestras van perdiendo vigencia y se debilitan por el desuso. Porque aquel Francisco José de hace 20 años fue un visionario al valerse de la sabiduría y riqueza popular de nuestros mayores de entonces - seguramente ya desaparecidos todos ellos -, para terminar construyendo esta magnífica obra llena de futuro, donde generaciones venideras pueden saber, no sólo cómo se hablaba antaño en Bélmez, sino además, a qué se jugaba, qué se guisaba o qué se fabulaba. Porque en ello coincido con la opinión del que fuera presidente de la Asociación Provincial de Cronistas Oficiales "Santo Reino de Jaén" Don Juan Rubio Fernández, que cada vocablo, cada expresión, cada una de las 3.500 voces autóctonas que recoge, no sólo nos descubren un significado y una manera de hablar, sino que nos delatan y evocan, como si de un conjuro se tratase, una manera de vivir, de relacionarse, de ser de un pueblo que fue y que ya no es, que nos parece mágica.
Pero desde mi punto de vista, su trabajo más interesante y revelador lo encontramos en su "Vocabulario popular belmoralense. Un recorrido por el habla y la tradición de un pueblo de Sierra Mágina". Se trata de un libro que en su lanzamiento, allá por 1997, tuvo una dispar aceptación, pero que, por lo que a mi respecta, ha ido ganándome a su causa con el paso del tiempo, a medida que muchas de esas expresiones tan nuestras van perdiendo vigencia y se debilitan por el desuso. Porque aquel Francisco José de hace 20 años fue un visionario al valerse de la sabiduría y riqueza popular de nuestros mayores de entonces - seguramente ya desaparecidos todos ellos -, para terminar construyendo esta magnífica obra llena de futuro, donde generaciones venideras pueden saber, no sólo cómo se hablaba antaño en Bélmez, sino además, a qué se jugaba, qué se guisaba o qué se fabulaba. Porque en ello coincido con la opinión del que fuera presidente de la Asociación Provincial de Cronistas Oficiales "Santo Reino de Jaén" Don Juan Rubio Fernández, que cada vocablo, cada expresión, cada una de las 3.500 voces autóctonas que recoge, no sólo nos descubren un significado y una manera de hablar, sino que nos delatan y evocan, como si de un conjuro se tratase, una manera de vivir, de relacionarse, de ser de un pueblo que fue y que ya no es, que nos parece mágica.
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