Olivo milenario

Está ahí, delante de nosotros, ¿ acaso no has notado la potestad cenicienta de su sombra?, ¿cómo invade tu cara, tus manos su aura viscosa?, ¿ no te llega su aliento verde a sudor y polvo? Pálpalo sin miedo: primero, la duda alargada y puntiaguda de sus hojas, que te atraviesa como un sueño recurrente; después, el dibujo de sus ramas abriendo en tu mente infinidad de posibilidades, para terminar abrazando todo el tiempo y toda la tristeza asida al latido rugoso de su corazón.

Comentarios

Entradas populares